La composición de una mezcla es la cantidad relativa de cada una de las sustancias que la forman. Es importante conocer esa composición porque de ella dependen sus propiedades. Puede haber mezclas de las mismas sustancias pero en distinta cantidad y esto cambia sus propiedades.
Las bebidas alcohólicas son un ejemplo claro de una mezcla de la que es importante conocer la composición, porque uno de los factores que determina el grado de embriaguez que provocan dichas bebidas es la cantidad de alcohol etílico que contienen. En las bebidas alcohólicas la cantidad de alcohol se indica en grados. Si una bebida tiene un grado de etanol muy alto, ingiriéndola en menos cantidad se obtienen los mismos efectos que con otra que contenga menos etanol.
El temido alcoholímetro
El alcohol y el volante no son buenos compañeros. Las probabilidades de tener un accidente automovilístico aumentan por lo menos seis veces cuando se ha bebido, porque el cerebro y los reflejos están deprimidos. Con el propósito de atenuar este problema se instauró la prueba del alcoholímetro. Desde que se aplica esta medida, el número de artimañas para obtener una calificación aprobatoria (aun cuando el evaluado no pueda mantenerse en pie) ha ido en aumento.
Ni tomar antiácidos, ni usar enjuagues bucales, ni masticar granos de café o ponerse una moneda bajo la lengua, engañan al alcoholímetro, porque el nivel de etanol (alcohol etílico) que mide no es el que se tiene en la boca, sino el que se libera en cada exhalación. La cantidad de etanol que se exhala es pequeña, pero es directamente proporcional a la cantidad que hay disuelta en la sangre. El temido aparato mide la cantidad de corriente que se genera cuando se lleva a cabo una reacción química específica del etanol, por lo que la presencia de otras sustancias con propiedades diferentes no altera en absoluto su veredicto.
Las responsables de la "cruda"
La composición de las bebidas alcohólicas también es importante para la "cruda" del día siguiente; las sustancias responsables de los malestares se presentan en algunos vinos de mala calidad y se llaman taninos.
Los seres humanos vivimos mezclados entre mezclas. Las sustancias son difíciles de encontrar naturalmente y también de obtener en forma artificial. En cualquier tipo de mezclas la composición es primordial y, al igual que con las bebidas alcohólicas, la concentración es determinante.
La característica principal de las mezclas es su composición variable, es decir, la cantidad relativa de cada una de las sustancias puede cambiar. Una mezcla contiene dos o más sustancias, y la composición de una mezcla es la cantidad de cada una de las sustancias que contiene. La composición de las mezclas no es siempre igual. Por ejemplo, hoy día podemos encontrar diferentes tipos de leche: entera, ligera, deslactosada, para bebés, para mujeres, para adultos mayores, y para los de cuarenta y tantos. Todas estas mezclas tienen prácticamente el mismo aspecto, pero su composición es distinta. Algunas tienen menos grasa, otras tienen más hierro o no tienen lactosa, pero todas son leche porque su composición en términos generales es muy parecida.
El agua que se encuentra en la naturaleza presenta mezclas de composición variable. De esta forma el agua de mar es diferente de la del río o de la laguna.
Las propiedades de una mezcla, como la densidad, la temperatura de ebullición o la temperatura de solidificación, son una combinación de las propiedades individuales de las sustancias que la componen; es decir, cuando aumenta o disminuye la cantidad de cualquiera de ellas, las propiedades de la mezcla también cambian. Esto significa que la composición de las mezclas determina sus propiedades. Por ejemplo, la única diferencia entre un refresco bajo en calorías y uno normal de la misma marca es el endulzante y eso hace que cada una de las mezclas tenga propiedades distintas.