Si los iones en la red iónica del cloruro de sodio están tan fuertemente unidos que se necesitan temperaturas muy elevadas para separarlos y que se funda la sal, ¿por qué sus cristalitos se disuelven tan fácilmente en agua?
El agua es una molécula polar que además tiene la particularidad de formar puentes de hidrogeno. Cuando los cristales de cloruro de sodio se sumergen en el agua, los aniones (Cl–) se ven fuertemente atraídos por la parte positiva de la molécula de agua, mientras los cationes (Na+) de la sal se acercan a la zona negativa. Esto provoca que las interacciones de puente de hidrogeno se rompan porque es más fuerte la interacción entre el dipolo del agua y la carga de los iones. La atracción no es solamente con una molécula de agua, son muchas las que rodean a los aniones y cationes de la sal, y por eso hay una competencia de atracciones.
Si el agua atrae con más intensidad a los iones, estos se separan de la red y se quedan rodeados de moléculas de agua. Cuando la interacción entre los iones es mayor que las interacciones con las moléculas de agua, entonces la red no se destruye y la sustancia no es soluble en agua. Este es el caso del carbonato de calcio, la sustancia de la que están formadas las conchas de los caracoles y las almejas. En el caso del cloruro de sodio, la atracción de los iones por el agua es tan fuerte que provoca la separación de la red, lo cual en estado sólido solo se logra a 800 oC.
En la disolución del azúcar pasa algo similar. El agua interacciona con las moléculas de azúcar, que también son polares como las del agua, interponiéndose entre ellas hasta que las separa por completo.
Lo mismo que pasa con el agua con respecto a los puentes de hidrogeno, ocurre con otras sustancias. Por ejemplo con el azúcar, la molécula que se representa en el esquema anterior.
En el dibujo se observa la gran cantidad de oxígenos de la molécula que la hacen polar y, por lo tanto, favorecen que sea soluble en agua. Así como la polaridad permite que tanto la sal como el azúcar sean solubles en agua, también hace imposible que sean solubles en solventes que no sean polares, como el hexano o ciclohexano. Y así como las sustancias no polares no son solubles en agua, también hay sustancias no polares que serán solubles en solventes no polares.