Una instalación generadora de electricidad (hidroeléctrica, termoeléctrica, aerogenerador o panel de celdas fotovoltaicas) tiene como característica principal su capacidad instalada, que en el SIU se especifica en watt, además del tipo de energético utilizado. La capacidad instalada de las actuales plantas generadoras convencionales de electricidad con gas, petróleo, uranio, carbón y las grandes presas, es muy grande; tanto, que se mide en miles de millones de watt. Mil millones de watt = 109 watt = 1 GW= y se lee "un giga watt".
Para tener una idea del significado de 1 GW se puede comparar con la capacidad de Chicoasén, nuestra mayor hidroeléctrica, que se encuentra en el estado de Chiapas; su capacidad instalada es de 1.2 GW. La capacidad de las termoeléctricas que usan derivados del petróleo puede ser de varios cientos de millones de watt (1 millón de watt = 1 MW = 0.001 GW, y se lee "un megawatt"). Por su gran capacidad y el tipo de energético empleado (109 watt = 1 GW), estas plantas generan mucha contaminación ambiental. Las grandes hidroeléctricas, que utilizan las caídas de agua —un recurso energético proveniente del Sol—, también tienen considerables efectos en el ambiente por la tierra que inundan, la población que desplazan y la producción de gases de efecto invernadero como el metano, que se produce por la vegetación que queda debajo de las aguas. Las cifras siguientes aportan una idea de la magnitud de la generación de electricidad. En el año 2003, la capacidad eléctrica instalada mundial era de unos 3 641.3 GW, distribuida de la siguiente manera: 2 469.9 GW (68%) de termoeléctricas de combustibles fósiles; 739.8 GW (20%) de hidroeléctricas; 368.5 GW de nucleoeléctricas (10%) y el resto (63.1 GW, 17.3%) repartido en aerogeneradores, celdas fotovoltaicas y geotermoeléctricas. En unos cuantos años, este espectro de capacidades ha cambiado a favor de las fuentes renovables de electricidad.