Enciclopedia de Conocimientos Fundamentales
UNAM ˜ SIGLO XXI


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6.3.10 Huella ecológica

Otra forma práctica de especificar científicamente la sustentabilidad de un conglomerado humano en la superficie del planeta es mediante el concepto de huella ecológica. Ésta se establece, como se hizo por primera vez en el municipio (comuna) de Malmöhus, en Suecia, al comparar los recursos consumidos y el desperdicio producido en la satisfacción de las necesidades del municipio, con la capacidad para absorber estas demandas y regenerarse, manteniendo un mínimo de 12% de la superficie del municipio para preservar la biodiversidad natural.

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Figura 30. La huella ecológica del municipio sueco de Malmöhus.

El concepto así definido es verdaderamente multidisciplinario, ya que integra conocimientos de física, biología, química, etc. Esto es debido a lo complejo del sistema sociedad- ambiente, que es una unidad indisoluble. En este sentido, la huella ecológica ofrece un método de evaluación de la capacidad del conglomerado humano para sostener un estilo de vida, compatible con un estado saludable de plantas y animales del ambiente, acorde con el paradigma de la utilización circular de los recursos.

La huella incluye el consumo de energía, alimentos, vestido y otras necesidades de la población, así como los desperdicios que se generan. Los desperdicios son principalmente dióxido de carbono, absorbido por el crecimiento de bosques permanentes y nitratos y fosfatos de los drenajes y residuos de los fertilizantes agrícolas, filtrados por los humedales y asimilados por plantas y microorganismos que protegen los suministros de agua dulce y los ecosistemas acuáticos. La huella, igualmente, toma en cuenta el balance entre la importación y exportación de consumibles y el desperdicio producido por ellos, de manera que incorpora el uso de tierra y océano fuera de las fronteras de Malmöhus.

El número de hectáreas del municipio entre el número de habitantes es de 1.2 hectáreas, y son tan productivas biológicamente que corresponden a 3.4 hectáreas de tierra de productividad global promedio. Cuando se quita el 12% de esta superficie para mantener la biodiversidad, quedan 3.0 hectáreas de tierra de productividad global promedio disponibles para cada habitante.

Sin embargo, la huella ecológica sueca es de 7.2 hectáreas de tierra de productividad global promedio, de modo que superficie de otras partes debe utilizarse para compensar la diferencia de 4.2 hectáreas por cada persona de Malmöhus. Esta diferencia representa el déficit ecológico de Malmöhus, como se expresa en la figura 30 (p. 465). Afortunadamente para los suecos, 8.2 hectáreas de tierra de productividad global promedio por persona están disponibles después de sustraer 12% para preservar la diversidad biológica. No obstante, si todas las naciones adoptaran el estilo de vida sueco de 1997, la capacidad de la Tierra sería excedida por un factor de tres.

Las estimaciones mundiales revelan que la huella ecológica actual está excedida en una tercera parte de la superficie de la Tierra.


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