El siglo XXI se caracteriza por las crecientes necesidades de la sociedad que ocasionan la explotación de los recursos sin medir las consecuencias. Además de la interrelación global de las distintas acciones, donde los problemas se consideran asuntos de responsabilidad mundial.
El uso del término sustentable en los temas económico-ambientales surge vinculado con el concepto de desarrollo, bajo la denominación de desarrollo sustentable, que sirve de sustituto a su antecesor, el ecodesarrollo. El término sustentable aparece por primera vez en 1980 en un foro internacional, durante la conferencia sobre la estrategia mundial de conservación de los recursos al servicio del desarrollo sustentable. En 1983, la Asamblea General de las Naciones unidas creó la Comisión Mundial sobre Ambiente y Desarrollo, que en 1987 presentó su informe final, conocido como Nuestro futuro común o Informe Brundtland.
El informe muestra la opinión de 21 políticos, científicos y ecologistas con respecto a los peligros que enfrenta el planeta y sus propuestas para asegurar la continuidad del progreso humano. En él señalan que el desarrollo sustentable es aquel que satisface las necesidades de la generación presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades. Incluye dos elementos fundamentales: el concepto de “necesidades”,enparticularlasnecesidadesesencialesdelospobres,asícomolaideadelaslimitaciones impuestas por la situación de la tecnología y la organización social en relación con la capacidad del ambiente para satisfacer las necesidades presentes y futuras.
El concepto de desarrollo sustentable se ha generalizado como un objetivo social y aparentemente deseado por todo el mundo. El desarrollo sustentable, igual que otras ideas, como democracia, justicia social o libertad, puede suscitar aprobación universal, aunque en realidad se interpreta de varias maneras, algunas incompatibles entre sí. Los especialistas en temas ambientales afirman que el desarrollo sustentable se debe alcanzar con acciones políticas basadas en un principio de precaución, por lo que dichas acciones tienen que anticipar, prevenir y atacar las causas de la degradación ambiental provocada por el modelo económico que ha regido a la civilización moderna.
uno de los propósitos para promover la sustentabilidad como eje de desarrollo es evitar o aminorar los peligros en los sistemas naturales que nos permiten vivir: la atmósfera, el agua, los suelos y los seres vivos. Por esta razón, el desarrollo sustentable intenta conciliar a los países desarrollados del norte y su preocupación por la conservación de la naturaleza, con el deseo del desarrollo de los países del sur, constituyendo de este modo una especie de compromiso diplomático.
Tradicionalmente se atribuyen al desarrollo sustentable tres dimensiones. La primera, la dimensión ambiental, se encuentra explícitamente contenida en la idea de utilizar y conservar los recursos naturales, además de ser inseparable de la preocupación por las futuras generaciones. Las otras dos dimensiones, la económica y la de participación social, se desprenden del primer objetivo de desarrollo sustentable: satisfacer las necesidades básicas de la población, así como procurar que se acceda a ellas equitativamente.