Enciclopedia de Conocimientos Fundamentales
UNAM ˜ SIGLO XXI


regreso








4.3.4 El enfoque humano del desarrollo

Tradicionalmente se ha medido el desarrollo de los países en función de factores estrictamente económicos, pero la medición del desarrollo también debe centrarse en aspectos que muestren mejores niveles de vida en la población y sus comunidades, como el adecuado acceso a una vivienda digna, servicios básicos, asistencia médica y, por supuesto, una seguridad plena de sus derechos e integridad humana.

En ese sentido, hacia 1990, el Programa de las Naciones unidas para el Desarrollo (PNUD) creó un nuevo indicador socioeconómico para medir los logros de un país en determinadas dimensiones básicas del ser humano, al que denominó Índice de Desarrollo Humano (IDH), el cual se aplica de forma anual. Para obtenerlo se consideran aspectos como la esperanza de vida, el nivel educacional y el ingreso per cápita, que se integran en una única medición del desarrollo.

El IDH mide el promedio de los logros de un país en tres dimensiones básicas: una vida larga y saludable a través de la esperanza de vida al nacer; el conocimiento que adquiere su población, medido por la tasa de alfabetización de adultos y la tasa bruta de matriculación en escuelas primarias, secundarias y profesionales; finalmente, el IDH considera un nivel de vida digno, medido por el PIB per cápita.

Cada uno de los indicadores utilizados tiene umbrales mínimos y máximos; por ejemplo, la esperanza de vida tiene su valor mínimo en 25 años y el máximo en los 85, aunque sabemos que el periodo de vida en los seres humanos varía. Mientras, el valor máximo del PIB per cápita es de 40 000 dólares y el mínimo de 100 dólares.

El IDH no se refiere al crecimiento económico, sino al tipo de desarrollo económico y social de un país, el cual se expresa a través de las oportunidades que las personas tienen para educarse, para acceder a la atención médica y para obtener un empleo remunerado e ingresos económicos.

principales ramas de la geografía Humana
La distribución geográfica del IDH está relacionada con el nivel de ingresos económicos. Por ello, en gran parte de los países africanos, los índices de desarrollo humano son muy bajos. Fuente: Informe sobre desarrollo humano, 2006.

Por consiguiente, a medida que un país, región o lugar obtiene valores cercanos a la unidad (1) alcanzará mejores condiciones humanas de desarrollo. Por ejemplo, hacia 2004, Noruega, Islandia, Australia, Irlanda y Suecia fueron los países con mayor desarrollo humano; en tanto que Japón, Estados Unidos y Alemania (las potencias económicas) se situaron en el sexto, séptimo y vigésimo primer lugar de una lista con 177 países del mundo. Dentro del mismo periodo, diez países de África mostraron índices muy inferiores. Esto se traduce de la siguiente manera: los primeros países europeos ofrecen mejores condiciones humanas para el desarrollo social y económico que los otros países del orbe.

Muchos países aceptan los resultados del cálculo del IDH, pero tal aceptación no es una opinión mayoritaria porque hay especialistas que consideran que no son objetivos. Por ejemplo, el IDH no evalúa la aportación de las culturas locales a la producción y transmisión de conocimientos útiles para la vida que las personas aprenden fuera de los sistemas educativos formales. Incluso evidencias visibles y más reales como las guerras, las enfermedades y la violencia, presentes en algunos lugares, evidencian aún más la falsa idea de una armonía social y una mejor calidad de vida.


Inicio de página