Enciclopedia de Conocimientos Fundamentales
UNAM ˜ SIGLO XXI


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4.3.2 Los indicadores para medir el desarrollo

Uno de los criterios económicos más utilizados para medir el nivel de desarrollo es el producto interno bruto (PIB) per cápita. Este indicador se obtiene al examinar el valor de la producción de todas las ramas o sectores económicos de un país y dividirlo entre el número de habitantes del mismo. El resultado nos ofrece un valor relativo del ingreso que percibe cada habitante durante un año. Este indicador se aproxima al nivel de consumo potencial, de inversión y productividad, pero no mide el bienestar social o la calidad de vida.

Además del PIB per cápita existen otros indicadores que se han utilizado para medir el desarrollo. Algunos miden aspectos sociales; por ejemplo, la tendencia general de los países desarrollados es contar con tasas de natalidad y fecundidad bajas, predominio de la población adulta y de ancianos, elevados niveles de alfabetismo y consumo de calorías. En términos generales, en los países de menor desarrollo, los anteriores indicadores se manifiestan en sentido inverso.

Una de las causas del menor desarrollo de los países se asocia a una localización geográfica con condiciones naturales desfavorables, en especial para aquellos países ubicados en zonas intertropicales o secas, con extremos de precipitaciones pluviales o sequías persistentes, temperaturas altas y suelos inadecuados para el cultivo, entre otras características. Tales determinismos naturales son cuestionados severamente por especialistas que afirman encontrar las causas del subdesarrollo en procesos socioeconómicos a través de la historia.

También se han considerado causas del subdesarrollo la disponibilidad de recursos naturales, la sobrepoblación, incluso aspectos raciales y religiosos que favorecen u obstaculizan el desarrollo en algunos países. Por supuesto, muchos de esos determinismos demográficos y culturales han sido desechados.

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FUENTE: elaboración propia.

Para otros, la clave del desarrollo radica en la acumulación de capital y el uso de la tecnología dentro del proceso productivo. otros más señalan la importancia del capital humano, es decir, de invertir en las personas, en su educación y salud, lo cual incide en la productividad laboral.

Hoy se promueven planteamientos que señalan la necesidad de transitar hacia un desarrollo propio, a partir de la interacción entre la actividad económica y el conjunto de aspectos de la llamada cultura social. Se pretende revalorizar las condiciones potenciales de los territorios y aceptar la existencia de un espacio socialmente construido, el cual puede apoyar u obstaculizar los procesos de desarrollo; por ello, crece la atención hacia un adecuado conocimiento de la realidad local y regional.

No obstante, ahora se sabe que el desarrollo no se alcanzará si no se otorga importancia al factor humano y al desarrollo político.


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