Durante el siglo XX, como resultado del desarrollo científico, se incorporaron a todos los sectores económicos innovaciones tecnológicas: las comunicaciones, que desempeñan un papel muy importante en la transmisión de información entre los individuos, las empresas, las fases productivas y los sectores económicos. Hoy el mercado de la información es uno de los más rentables; sin embargo, el establecimiento de modernas redes de comunicaciones se encuentra disponible sólo en aquellos países que poseen la tecnología para desarrollarla y los recursos financieros para instalarlas.
El correo y las actividades de telecomunicaciones como el télex, la telefonía tradicional y celular, la telegrafía, las comunicaciones satelitales, la radiolocalización, así como las transmisiones radiofónicas y televisivas son servicios con gran impacto territorial y utilidad en el mundo moderno. Por ejemplo, el uso del correo electrónico y de las redes de información, como Internet son una muestra evidente del impacto geográfico, económico y social que las comunicaciones y conexiones virtuales alcanzan en el ciberespacio mundial.
En 1965, el 85% de los 150 millones de líneas telefónicas existentes en el mundo estaba en Europa y Norteamérica; no existían los teléfonos móviles, las computadoras personales ni Internet. Cuarenta años después, la red global de comunicaciones alcanza cerca de 900 millones de líneas telefónicas en muchos lugares del mundo, en especial países desarrollados, donde proliferan los celulares y las redes de computadoras enlazan por Internet a numerosos habitantes en más de 100 millones de sitios web, gracias al notable desarrollo de la microelectrónica.
La cobertura del planeta por las redes de comunicaciones es cada vez más densa. Con más interlocutores habrá más clientes, información y servicios, pero a costos más altos. La globalización también se manifiesta en la producción de las telecomunicaciones, donde empresas de países desarrollados se encargan del diseño de los microprocesadores, sistemas informáticos y el registro de marcas y patentes, mientras la fabricación bajo licencia de televisores, teléfonos móviles, equipos de cómputo, sonido, DVD y video se realiza en países emergentes, como China, Corea del Sur, Singapur, Malasia, México o Brasil. Aún más, en el espacio aéreo y exterior, los satélites militares transmiten sus señales junto a satélites con sistemas civiles de localización geográfica, como el Global Positioning System (GPS), y con aquellos que permiten disfrutar en vivo y en directo los Juegos olímpicos o la Copa Mundial de Futbol a través de la televisión.
Por su parte, las actividades de transporte incluyen un tipo de servicios de gran dinamismo e impacto territorial, debido especialmente a la movilidad de personas y mercancías, que genera flujos de intercambio entre los distintos sectores económicos. Dentro de esta actividad se encuentra la transportación terrestre a través de automóviles, camiones, tractocamiones, ferrocarriles y transportes eléctricos, como el metro y los tranvías. otros modos de transporte son los barcos, aviones y helicópteros. Incluso se pueden transportar líquidos y licuables como el petróleo y sus derivados, gases y algunos productos químicos, a través de redes de tuberías (oleoductos y gasoductos).
Cada medio de transporte (terrestre, fluvial, marítimo y aéreo) tiene características propias en cuanto a su estructura interna, costos e infraestructura requerida o capacidad de carga. Por ejemplo, a diferencia de los transportes terrestres, los barcos y los aviones son más costosos y requieren grandes instalaciones de apoyo; sin embargo, son capaces de movilizar mercancías y personas a grandes distancias con altos ahorros económicos.
Las redes de transporte están repartidas de manera desigual. Con la liberalización y privatización, hoy día empresas privadas dominan el sector, lo que favorece a algunas regiones y margina a otras. Cuando varias de estas redes convergen en puntos específicos de la superficie terrestre se forman nodos de transporte. Éstos se concentran en regiones mundiales con mayor desarrollo e importancia económica.
Un claro ejemplo de lo anterior se observa en los puertos marítimos y ferroviarios, donde las grúas trasladan los contenedores de los barcos a las plataformas del ferrocarril para transportar grandes cantidades de productos en menor tiempo y con costos cada vez menores.
El transporte marítimo mundial ya no traslada personas salvo en cruceros turísticos. Ahora transporta petróleo y derivados, minerales, cereales, vehículos, cemento y otras mercancías. El tráfico y la infraestructura portuaria se concentran principalmente en Norteamérica, Europa y los países del Pacífico asiático. Allí hay megapuertos con instalaciones e infraestructura adecuadas para el transbordo e interconexión con otros modos de transporte. Las empresas navieras son dominadas por Japón, Estados Unidos, Rusia, China y Noruega. Pequeños países de menor desarrollo como Panamá, Liberia y Chipre ofrecen ventajas administrativas y fiscales importantes a los Estados que matriculan barcos en sus puertos, en detrimento de la seguridad física de las embarcaciones y de los derechos laborales de la tripulación.