Dentro del sector primario, la extracción de alimentos vegetales y animales, así como las materias primas, desde textiles hasta minerales, son fundamentales para los procesos productivos en múltiples lugares de la superficie terrestre.
a] La agricultura. De la agricultura se obtiene una gama de productos para alimentar a los humanos y a los animales; otros se utilizan para la elaboración de herramientas, enseres domésticos, vestido y vivienda; no obstante, muchos de los productos agrícolas se usan como materias primas para elaborar diversos productos industriales: alimentos procesados, bebidas, productos químicos y farmacéuticos, entre otros.
Aun cuando la agricultura se realiza en diferentes climas, desde los tropicales hasta los fríos, el tipo de productos que se obtienen depende tanto de factores ambientales como de factores socioeconómicos. El suelo, relieve, altitud, disponibilidad de agua, lluvia, temperatura, estación del año, entre otros, son factores naturales que inciden para el cultivo de ciertos productos agrícolas.
Los cultivos agrícolas perecederos se producen en la cercanía de los centros de consumo; sin embargo, la implantación de tecnología, como la refrigeración o el uso de invernaderos, facilita la obtención de algunas especies de plantas y frutos en lugares con umbrales climáticos adversos. Independientemente de ello, muchos lugares se especializan en el cultivo de determinados productos agrícolas.
La actividad agrícola se integra en sistemas agrarios diferenciados por grados de mecanización, productividad, consumo, aprovechamiento de parcelas, así como por los tipos de cultivo. La actividad agraria puede desarrollarse en monocultivos o policultivos, según las necesidades y determinadas condiciones naturales; incluso la ganadería muchas veces forma parte de esos sistemas agrarios. Además, si las parcelas utilizadas para desarrollar estas actividades tienen dimensiones reducidas se denominan minifundios, mientras que las superficies que ocupan numerosas hectáreas son latifundios. Por tanto, se distinguen ejemplos de sistemas agrarios según su finalidad básica, como los tradicionales (subsistencia) y comerciales (de plantación, de especulación, mediterráneos, cerealeros, mixtos), entre otros. un caso representativo lo constituyen los belts o cinturones agrícolas que en Estados Unidos se han especializado en cultivos como cereales, tabaco y algodón.
Los productos que se obtienen de la agricultura son variados e incluyen cereales, frutas, hortalizas, forrajes, oleaginosas, leguminosas, especias, fibras, flores, tabaco, café, caña de azúcar y hongos, entre otros.
Por ejemplo, los cereales son la base de la alimentación en diversos lugares del mundo y la mitad de su producción mundial, de poco más de mil millones de toneladas, se da en sólo cinco países: Estados Unidos, China, India, Brasil y Rusia; sin embargo, cuando contrastamos la exportación e importación de cereales, se aprecian desigualdades geográficas.
En cambio, los plátanos, el café y el cacao no son cultivos fundamentales en la dieta humana; sin embargo, son apreciados en muchos lugares del mundo por su aroma y sabor, independientemente de que sólo se producen en determinadas zonas tropicales. Por ello, algunas empresas especulan con su producción y prácticamente monopolizan su distribución.
Mención aparte tienen los cultivos ilícitos (marihuana, opio, coca, efedrina y alucinógenos) que se observan en algunos lugares del mundo. De ellos se obtienen hojas, flores, frutos o raíces con aplicaciones diversas, principalmente medicinales, aunque la mayoría son productos estimulantes que ocasionan diversos grados de alteración fisiológica y alto grado de dependencia. Su producción y comercio es fuente de beneficios económicos enormes, los cuales por supuesto no consideran la salud e integridad de las personas que las consumen.
La amplia variedad de alimentos ofrece desequilibrios en su distribución geográfica, variedad, organización, producción y distribución. A ello debemos sumar diversos problemas que afectan la producción agrícola a nivel mundial, como el abuso de los métodos biotecnológicos para obtener semillas mejoradas, las plagas de insectos, hongos y virus, la contaminación generada por el uso de plaguicidas y fertilizantes, la degradación de suelos y erosión, entre otros.
b] La ganadería. En la antigüedad, antes de la ganadería, los grupos humanos se dedicaron a la caza. Hoy la cacería todavía se practica en muchos lugares del mundo, pero mientras en algunos se realiza para obtener recursos de subsistencia, como en las comunidades indígenas y campesinas, en otros se tiene como actividad deportiva y algunos más cazan de forma ilegal por lo que hay animales en peligro de extinción.
Desde hace varios siglos, la sociedad humana aprendió a domesticar algunas especies de animales porque de ellas obtenía carne, leche, piel o cuero. En un principio se dedicó sólo al pastoreo nómada. Posteriormente, en algunos lugares éste se transformó en una actividad económica muy lucrativa, como es ahora la ganadería.
Diversos factores favorecen o limitan la ganadería, como las condiciones naturales de cada región, la tecnología aplicada y la selección de razas. Actualmente, de la cría de distintas especies de animales se obtienen alimentos y una variedad de productos industriales de gran utilidad para la sociedad; incluso los animales se crían como medio de transporte y para ayudar en las labores agrarias.
Al igual que la agricultura, la ganadería conforma sistemas ganaderos tradicionales y comerciales. De acuerdo con la intensidad con la que se utiliza el suelo para la ganadería, ésta puede ser extensiva, cuando requiere grandes extensiones de terreno y el ganado se alimenta de forma natural; cuando se realiza en áreas muy reducidas y especializadas como las granjas, se denomina intensiva. A diferencia del sistema anterior, aquí se invierte mucho capital en mano de obra, equipo, instalaciones y alimentos mejorados para el ganado.
Por su parte, según el tipo de animal que se cría, la ganadería se divide en dos grupos: el ganado mayor, que incluye animales como vacas, toros, caballos, dromedarios, asnos, búfalos, elefantes, avestruces, llamas y alpacas, y el ganado menor representado por cerdos, borregos, cabras, aves de corral, conejos e incluso abejas y gusanos de seda.
Conforme a su importancia productiva, la ganadería se subdivide en los siguientes tres grupos: el pastoreo nómada y la trashumancia, de menor productividad, donde se emplean técnicas rudimentarias de subsistencia; la ganadería comercial, de mayor productividad, la cual se realiza con fines de lucro para el mercado interno de algunos países y donde se emplean técnicas modernas; y la ganadería de especulación, cuando la cría de ganado tiene como objetivo obtener materias primas como lana, derivados lácteos o carne congelada para comercializar en el mercado internacional. Incluso, hay lugares en Canadá y Rusia donde se crían animales cuyas pieles finas tienen gran demanda en algunos sectores de la población, como zorros, chinchillas, martas, castores y armiños.
Salvo la carne, la lana, la leche y sus derivados que generan importantes flujos internacionales, el resto de los productos de la ganadería se concentran en mercados nacionales y locales de importancia para ganaderos y empresarios que producen y comercializan esos productos. Aun así, son importantes productores de ganado: China, Estados Unidos, India, Rusia, Australia, Argentina y Brasil. Algunos países como Nueva Zelanda destacan por la producción de ovejas; Alemania, Francia y España por la producción de cerdos, entre otros.
Problemas sanitarios que antes sólo afectaban algunos lugares, se extienden con mayor facilidad como consecuencia de los flujos comerciales de “ganado en pie” o carne contaminada y han derivado en una mayor preocupación mundial por el control sanitario riguroso. Es el caso de la fiebre aftosa, la encefalopatía espongiforme (el mal de las vacas locas) y la fiebre aviar.
En el mundo actual, la obtención de alimentos y materias primas ha integrado las actividades primarias con la industria; por ello, en algunos lugares del mundo se constituyen empresas agropecuarias muy productivas que conforman la denominada agroindustria. Ésta se dedica a la transformación de los productos agrícolas y a su comercialización, para lo cual realiza importantes inversiones en la investigación, adquisición de maquinaria, fertilizantes, pesticidas, sistemas de irrigación, etcétera.
c] Producción pesquera. una actividad económica de gran tradición en diversos lugares del mundo ha sido la pesca. A través de ella, la población extrae diferentes especies de animales que viven en los océanos, mares, ríos o lagos.
Por su volumen de pesca, la realizada en aguas saladas es la más importante dentro de la estructura económica mundial. Entre los factores que favorecen dicha actividad destacan: la presencia de lugares de contacto entre corrientes marinas, en especial las frías (ricas en plancton y cardúmenes), plataformas continentales extensas, profundidad del agua, un mercado potencial para consumo de los productos, el desarrollo de una infraestructura de transporte y de almacenamiento que permita llevar el producto al consumidor.
Al igual que otras actividades primarias, la pesca es de subsistencia o artesanal cuando se emplean instrumentos y procedimientos rudimentarios, como la que se practica en lagos, ríos y áreas costeras. En cambio, la pesca comercial se realiza, principalmente, en alta mar y utiliza grandes embarcaciones con avanzada tecnología para localizar bancos pesqueros; asimismo, usa redes inmensas y algunas embarcaciones poseen maquinaria para procesar, enlatar, empacar y congelar las especies capturadas.
Gran parte de la producción pesquera mundial se obtiene en las porciones norte y oriental de los océanos Pacífico, Atlántico e Índico; por lo tanto, países como China, Japón, Corea del Sur, India, Indonesia, Rusia, Canadá, Estados Unidos, Perú, Chile y algunos de Europa occidental, como Noruega e Islandia, sobresalen por el número de capturas pesqueras al año.
La pesca aporta, todavía hoy, sólo el 1% de las calorías consumidas y 15% de las proteínas animales. El 67% de la producción pesquera se destina al consumo humano y el 33% restante se usa en la industria. La actividad pesquera explota numerosas especies de peces, crustáceos, moluscos, esponjas y mamíferos marinos, desde el róbalo hasta el atún, incluso ballenas. Asimismo, se extraen otras especies marinas como las algas.
La comercialización de pescado se prefiere de forma fresca y en menor proporción se solicita congelado, enlatado o curado. Cabe mencionar que se han desarrollado criaderos acuícolas que intentan evitar la sobreexplotación de especies de mares y ríos, donde se “cultivan” distintas especies de aguas dulces y saladas, como truchas, carpas, camarones, salmones, almejas, mejillones y ostras para obtener perlas. De momento, la acuicultura abarca un tercio de la producción pesquera y ocupa 25% de los trabajadores empleados en esta actividad. otro hecho destacado es que los países asiáticos son los mayores productores gracias a una larga tradición piscicultora y a sus condiciones geográficas y climáticas.
Desafortunadamente, la producción de pescado está en los límites de la sobreexplotación, en especial la pesca continental; las capturas marinas y en particular la pesca involuntaria también provocan el descenso notable de algunas especies que son atrapadas en las redes. Todo ello ha tenido como consecuencia la regulación de las capturas mediante acuerdos, reglamentaciones y la ampliación de las aguas jurisdiccionales.
d] Producción forestal. La silvicultura abarca la actividad primaria vinculada al aprovechamiento forestal de la vegetación natural que se desarrolla en diferentes regiones del planeta y la cual se agrupa en asociaciones de plantas arbóreas y arbustivas. Ahora es posible aprovechar distintas especies vegetales propias de todos los climas, desde las zonas tropicales hasta las templadas y frías; incluso en las zonas semidesérticas hay especies que se aprovechan, como las cactáceas.
De las especies vegetales denominadas blandas o maderables, como las encinas (encinos) y las coníferas (abetos y pinos), obtenemos madera para fabricar muebles, celulosa y papel. Las especies vegetales duras o preciosas, como el cedro, ébano, teca, caoba, hevea son de gran valor para elaborar muebles, productos farmacéuticos y químicos, como ceras, corcho, resinas, brea, caucho, entre otros. También se explotan recursos no maderables para aprovechar las cortezas, hojas y raíces de ciertas especies de árboles y plantas en zonas de climas tropicales y áridos del planeta.
El desarrollo de la actividad forestal requiere también de herramientas y tecnología para su extracción y transformación; transporte terrestre o fluvial para el traslado de productos; planeación forestal que permita el uso adecuado de los bosques y garantice la siembra de nuevas especies; inversiones económicas para su producción y distribución; mano de obra adecuada y suficiente; así como un mercado potencial que adquiera los diferentes productos derivados de la actividad forestal.
Por estas razones, sólo en algunos países el aprovechamiento forestal se ha convertido en una importante actividad dentro de la generación de su riqueza económica. Canadá, Suecia, Finlandia y Rusia son países desarrollados cuya producción forestal genera flujos importantes a nivel mundial. En las zonas tropicales, Brasil, Malasia, la República Democrática del Congo e Indonesia destacan en la producción de maderas finas.
Desafortunadamente se calcula una pérdida de alrededor de 100 000 km2 de bosques al año; pues en muchos lugares la explotación ha excedido el límite de crecimiento natural de los bosques. Sólo en algunos países como Finlandia y Suecia se ha logrado aumentar la superficie boscosa por las técnicas que emplean. Ante el problema de la deforestación es necesario aplicar medidas que aseguren una utilización más racional de los bosques e impidan el avance de este proceso.
e) Producción minera. La minería es una actividad de gran importancia, puesto que los minerales son productos que poseen un valor económico y utilitario fundamental para la sociedad moderna; por ello requiere grandes inversiones de capital y maquinaria, de modo que importantes corporativos empresariales controlan distintas fases del proceso productivo mineral.
La distribución de los yacimientos minerales en el planeta no es uniforme debido a las condiciones geológicas de sedimentación y al tectonismo o vulcanismo, procesos que favorecieron su formación hace millones de años. Por eso hay minerales que son geográficamente abundantes (carbón, hierro, cuarzo), pues se encuentran en varios países. otros se concentran en pocos lugares, como el tantalio, vanadio o fosfato.
Los minerales forman reservas potencialmente redituables, las cuales se pueden explotar cuando han sido identificadas. Países como Estados Unidos y China tienen grandes yacimientos de fosfato, oro y hierro; Cuba y Marruecos poseen yacimientos importantes de níquel y fosfato. La minería explota recursos no renovables, de modo que cuando éstos se agotan la actividad económica termina.
Por lo general, los minerales se clasifican en metálicos (hierro, bauxita, cromo, cobre, cinc, plomo, estaño, níquel, manganeso, oro, plata, titanio, etc.); energéticos, como el carbón, el petróleo, el gas natural y el uranio, y no metálicos, como el azufre, la fluorita, la barita, el yeso, la dolomita, el sílice, el fosfato, el asbesto, el cuarzo, el estroncio, así como numerosas rocas utilizadas como materiales para la construcción (arcillas, areniscas, basalto, caliza, cuarcita, granito, mármol, pizarra, entre otras). También existen las denominadas piedras preciosas, de gran valor estético y económico, como el diamante, el zafiro, la esmeralda y el ópalo. Finalmente, ciertos minerales son considerados estratégicos porque su distribución geográfica es limitada y se utilizan para fabricar bienes con alto valor económico en las industrias de punta, entre los que destacan el cadmio, el bismuto, el antimonio, el cobalto, el cromo y el tungsteno.
La producción de minerales se concentra en aproximadamente 38 países que poseen casi el 90% de la producción minera mundial. Destacan Rusia, Estados Unidos, Sudáfrica, Australia, Canadá, China y Brasil.
Otros países con producción mineral importante son Chile, Bolivia, México, Colombia, Perú, India, Argelia, Indonesia, República Democrática del Congo y Zambia. En ellos existe una importante riqueza mineral, pero sólo en algunos se ha logrado la transformación industrial. Varios de estos países exportan los minerales en bruto.
Otros países no poseen minerales o no tienen los suficientes para su consumo interno, por lo tanto, son dependientes del mercado internacional de estos productos.
La actividad minera es una de las ocupaciones humanas que mayores impactos ocasiona en el espacio geográfico. Excava una red de túneles cuando se realiza de forma subterránea; abre boquetes muy grandes si se realiza a “cielo abierto”, o interviene en el lecho de los ríos (aluvial). También ha consumido gran número de bosques por la madera que se utiliza para las estructuras de sostén en las minas y para el tendido de las vías férreas que han movilizado la producción minera hacia puertos y centros industriales. Los jales acumulan desperdicios minerales cerca de los asentamientos de población; además, como los precios de los minerales están sujetos a los mercados internacionales y tienen reservas finitas, numerosas zonas y ciudades mineras están expuestas al abandono después de amplios periodos de bonanza.