Enciclopedia de Conocimientos Fundamentales
UNAM ˜ SIGLO XXI


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4.1.3 Capitalismo global

La crisis económica del decenio de 1970, el incremento y la caída de los precios del petróleo, la reducción de los gastos sociales, así como determinadas reformas económicas ocasionaron impactos en la economía mundial.

La globalización es un proceso en la evolución del modo de producción capitalista. Durante el siglo XX, el uso de la electricidad y del petróleo, junto con la creación de diversos medios de transporte y de comunicación, incidieron en las interacciones a nivel mundial. Los rasgos de una globalización moderna se remontan a las dos décadas posteriores a la segunda guerra mundial, cuando, con el fin de regular las crecientes relaciones comerciales, se crearon instituciones como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM). Estas acciones abrieron el escenario para que se desenvolvieran el libre comercio y el neoliberalismo.

Posteriormente, el capitalismo transitó hacia una fase global en los decenios de 1970 y 1980, caracterizada por el incremento notable de las interacciones entre regiones y países a partir de los flujos comerciales, financieros, tecnológicos y de personas. Tales interacciones impulsaron el desarrollo de las nuevas tecnologías de información y comunicación (tic), con la información como el producto de mayor demanda. El mundo entró así a lo que se ha denominado la tercera revolución industrial, que ha impactado el proceso económico.

El avance del capitalismo global ha coincidido con el fin del modelo industrial de sustitución de importaciones (proteccionista) que predominó en la primera mitad del siglo XX y con la apertura de fronteras. Los países y las regiones dependen cada vez más de los mercados globales, no de los locales. Desde los inicios del siglo XXI, la globalización se manifiesta en varias escalas espaciales y en diversos ámbitos políticos, económicos, sociales y culturales.

Por su parte, la mundialización1 es un proceso que promueve la homogeneización de la cultura, en especial la occidental, en cuanto a los modos de vida; es decir, se trata de la tendencia a vivir de una forma similar en todos los países del mundo. Ello es resultado de la expansión capitalista europea desde el siglo XIX, posterior a la revolución industrial.

En el presente, los modos de vida urbana se imponen, con mayor o menor rapidez en varios lugares del planeta; por ejemplo, entre la juventud prevalece el uso del vestido y calzado impuestos por la moda, el consumo en establecimientos de comida rápida, el uso de teléfonos celulares y diversos gadgets como los reproductores de MP3 y MP4, entre otros. En contraste, hay lugares del planeta precarios, que enfrentan hambrunas, falta de agua potable y donde la población demanda un mayor bienestar social y una justa distribución de la riqueza.

Las políticas neoliberales apoyan la expansión del libre mercado para la circulación de mercancías y capitales; la privatización de empresas públicas en diversos sectores económicos; la apertura a las inversiones extranjeras; la reducción de aranceles comerciales; la formación de bloques económicos y la disminución del papel del Estado para la regulación del sector financiero y del gasto público y social. Estos planteamientos se instauraron principalmente hacia finales del decenio de 1970 en Reino unido y Estados Unidos y desde ahí se promovieron a otros países del mundo, como ha sucedido en América Latina.

La aplicación de dichas políticas no ha estado exenta de críticas. Numerosos miembros de la sociedad, desde investigadores hasta empresarios y desde políticos hasta organizaciones sociales y económicas, han cuestionado la eficacia de las acciones neoliberales. Incluso hay conciencia de que los efectos del neoliberalismo han beneficiado económicamente sólo a un pequeño grupo de la población, mientras amplios sectores de obreros, campesinos y empleados se han visto afectados.


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