El suelo es la capa superficial de la corteza terrestre, constituida por material fino proveniente de la denudación del sustrato litológico y sirve de sustento para la vida vegetal y animal. Es un ente dinámico y se le considera un continuo espacio-tiempo. En él se efectúan procesos químicos, circula el agua, medran organismos y, sobre todo, recibe la influencia de la actividad humana en distintas maneras. Los factores naturales que intervienen en la formación del suelo son la roca madre, el clima, los organismos, el tiempo, el relieve y la acción antrópica.
El suelo alcanza cierta profundidad y, al excavar, pueden observarse una sucesión de capas, denominadas horizontes, que muestran la evolución que ha tenido a lo largo del tiempo. Las unidades de suelo presentan propiedades físicas, físico-químicas y químicas específicas y de ellas depende su capacidad de sustentación de formas de vida. Textura, estructura, color y pH son algunas de sus propiedades más importantes.