Una de las nuevas ventajas de la geografía, y que atrae la atención de muchos jóvenes, la constituyen los sistemas de información geográfica (SIG). Éstos son el resultado de la aplicación de los avances de las ciencias de la computación en el ámbito de la exploración e investigación del espacio que nos rodea, en la escala que se desee: desde la manzana donde se encuentra nuestra casa hasta la totalidad del planeta.
Para poder obtener esas imágenes se procede a trabajos de todo tipo: desde el recorrido en el propio escenario representado (por ejemplo, caminar por todas las calles de una colonia para poder verificar que éstas, así como los edificios públicos, intersecciones o parques, existan) hasta la toma de fotografías sobre la tierra firme y desde satélites que orbitan la Tierra a distancias considerables; en función de la distancia desde la cual se tome la foto se podrá ver una porción mayor o menor de la superficie del planeta.
Esta información ordenada, capturada, convertida en bases de datos útiles para los programas de cómputo, proporciona una plataforma desde la que se pueden elaborar mapas de distinta naturaleza: los que muestran dónde están los recursos vegetales, las corrientes marinas o las grandes ciudades. Estos sistemas de información geográfica son una herramienta para poder analizar cuestiones complejas. Es claro que cualquier persona puede interactuar, a través del programa de cómputo necesario, con los sistemas de información geográfica; sin embargo, sólo los geógrafos tienen una idea más concreta acerca de la utilidad de los mismos y sólo ellos pueden brindar opiniones, hacer diagnósticos y predecir procesos en el territorio, en forma acertada, con base en el empleo de esos sistemas.
Inundación de Tabasco en 2007. Mapa realizado con imágenes de satélite
© Gabriela Gómez Rodríguez.
La aparición de estas herramientas, hacia finales de los años setenta del siglo XX, significó para la geografía un impulso en su evolución como ciencia, porque permitió que la construcción de mapas fuera, al mismo tiempo, más ágil y más compleja. Estas ventajas fueron aprovechadas por geógrafos y no geógrafos. Es importante considerar que, como en Química o Física, en un laboratorio de sistemas de información geográfica se pueden realizar diferentes experimentos, con base en el uso de estas herramientas tecnológicas, que conduzcan a la generación de mapas interesantes, como alguno relacionado con la inseguridad en la calle o sobre los sitios “deseados” por una persona.
Los sistemas de información geográfica evolucionan constantemente y, en un tiempo cada vez más corto, la versión más reciente se hace obsoleta más rápido. La aparición en el mercado de nuevos programas para disponer de sistemas de información geográfica más potentes es cada vez más acelerada y agresiva. Al mismo tiempo, su precio ha descendido.
Un ejercicio de aplicación de sistemas de información geográfica sería construir, por medio de éstos, un mapa de la distribución de medallas obtenidas en Juegos olímpicos (en número y por tipo de éstas) en un periodo determinado. Esto revelaría la supremacía de unos países (en general, los ricos o los que tuvieron un régimen socialista) y la ausencia de medallas para muchos países pobres.
Otro mapa útil que se podría realizar, asistido por un sistema de información geográfica, sería el de la ubicación de los sitios preferidos del lugar donde habita una persona (aquí sería un mapa urbano o rural, en función del escenario elegido) y poder emplazarlos para diversos fines: acortar rutas (y tiempos) de acceso a sitios preferidos como un cine, un parque o una cancha de entrenamiento.