Con base en lo propuesto por Livingstone (1992), a continuación se exponen diez escenarios en los que se evidencia el significado de la ciencia geográfica para la humanidad.
La exploración del mundo | El descubrimiento, los viajes y las expediciones científicas han estado siempre ligados con la geografía. Esto incluye al mar y la tierra firme. Con todo lo que se ha avanzado en el conocimiento del planeta, aún faltan sitios por explorar y conocer mejor: la parte central de la isla de Nueva Guinea, las zonas polares, las selvas tropicales (y las urbanas), los guetos étnicos, la orientación sexual, y las islas más lejanas del mundo (Robinson Crusoe, Ascensión o las islas Kerguelen).
Por esto se asocia a la geografía con la exploración del planeta, como lo hicieran las expediciones financiadas por sociedades geográficas europeas (primeras en fundarse en la historia de la humanidad) en África durante el siglo XIX. En el caso de México, todavía hay regiones poco exploradas: el bolsón de Mapimí, las estribaciones más rugosas de la Sierra Madre occidental y la Sierra Madre del Sur en Guerrero, entre otras.
La geografía fue mágica y aún lo es | La geografía siempre ha estado ligada al estudio del espacio estelar, lo que está más allá de la Tierra. Muchos libros de geografía se inician con un apartado sobre el universo, la Vía Láctea y el sistema solar. Sin negar la importancia que tiene ubicar el planeta en el contexto cósmico que le corresponde, tal explicación detallada del mundo extraterrestre está por demás en un curso general de geografía.
Su inclusión en los libros de texto se remonta a cuando la geografía estaba fuertemente asociada con la astronomía en tiempos de los griegos y de los árabes, debido al ánimo de ubicar mejor los lugares; los nombres de los cuerpos celestes fueron asignados como se ven desde la Tierra. La Luna y el Sol también eran estudiados por la geografía, en razón de su influencia sobre el comportamiento humano. Aunque ahora esto parece un poco extraño, en algún momento la geografía estudiaba y “explicaba” estas cuestiones.
El mundo de papel de la geografía | Esto se refiere a la liga estrecha entre geografía y la producción de mapas. La cartografía nace en el siglo XVI, luego que los europeos “descubrieran” y exploraran el resto del mundo, y debieran plasmar sus hallazgos en documentos científicos. Había un problema central, que aún ahora no está resuelto satisfactoriamente, a saber: la proyección de un cuerpo de naturaleza esférica (el planeta Tierra) sobre un plano (el mapa). Este desafío fue resuelto, en primera instancia, con la proyección de Mercator (cartógrafo neerlandés del siglo XVI), que todavía ahora se utiliza.
Los mapas son una obra científica y, a la vez, artística. Ello aproxima a la geografía con el arte, con lo humanístico; las computadoras y los sistemas de información geográfica son herederos de este arte. La producción cartográfica es importante en geografía, pues es el medio más adecuado para comunicar resultados de trabajos de investigación o para la docencia.
La geografía y su relación con el poder | En el siglo XIX y parte del XX, la geografía fue auxiliar cercana de los militares, del imperialismo, del racismo. Las guerras de este periodo de la historia de la humanidad demandaban mapas tanto como armas. Se institucionalizó la geografía, primero, en las escuelas militares; por eso, en muchos países, incluido México, los geógrafos fueron llamados ingenieros geógrafos en una primera instancia. Ahora ya no es así; en la mayoría de los países donde se enseña geografía como carrera, ésta se encuentra en el ámbito civil.
Las primeras sociedades geográficas nacieron bajo los auspicios del poder, en Berlín, París, Londres y la ciudad de México, en la primera mitad del siglo XIX. Algunas de ellas defendieron los intereses imperialistas europeos en distintos sitios del planeta. Esta situación también condujo a que aparecieran conceptos como el determinismo geográfico y la geopolítica, con repercusiones desastrosas para todo el mundo, en especial a principios del siglo XX con el surgimiento del nazismo y sus reclamos territoriales basados en fundamentos geopolíticos.
El ritual de la regionalización | Desde el siglo XIX, en contrapartida a la interpretación de la realidad sólo basada en la consideración de los procesos de la geografía física, hubo propuestas por parte de geógrafos, principalmente franceses, que se opusieron a esta interpretación y dieron un mayor peso a una explicación de carácter social. Así, aparece en el escenario la diferenciación del espacio derivada de la consideración de la actividad humana. Los modos de vida de la población en diferentes territorios están en la base de la interpretación de los lugares, de acuerdo con esta postura de la llamada escuela francesa de geografía. Lo que hay que considerar, se argumenta, son los modos de vida que dibujan la configuración peculiar de los lugares.
Un ejemplo: México es distinto de Canadá por el modo de vida que tiene la población en ambos lugares. Se propone, así, el uso del término región para designar a estos espacios distintos entre sí. La región se convertirá, después, a lo largo del siglo XX, en un concepto central para la geografía, aplicable a diversas circunstancias, tanto naturales como sociales, económicas y culturales. La regionalización, entonces, se convierte en un ritual que preocupa a la geografía: distinguir lugares, agrupados por sus características, en la superficie terrestre.
La geografía: una disciplina integradora | Como se ha expresado líneas arriba, la geografía es, por excelencia, una disciplina que cobija los conocimientos de las ciencias naturales y las sociales bajo un mismo techo. La geografía física está incompleta si no hace sus estudios con una perspectiva de carácter social; por ejemplo, ¿para qué serviría un estudio geomorfológico sobre el Popocatépetl si no se expande y aplica este conocimiento hacia la explicación de los peligros naturales a los que están expuestos los habitantes de las laderas de este volcán?
En sentido opuesto, un trabajo de geografía humana debe considerar la explicación del ámbito natural de acogida como plataforma principal de entendimiento de un proceso, hecho o fenómeno social, económico o cultural; no es posible captar, de manera completa, por qué el turismo ha crecido en Acapulco, si no se explican los elementos del medio geográfico-físico que ahí dan cabida a esa actividad. Por estos motivos, a la geografía se le denomina ciencia integradora u holística.
La ciencia del espacio | Desde inicios del siglo XX se hicieron varias críticas a la geografía; se decía que su interés por los lugares, el estudio de la personalidad regional (que se menciona arriba) y el servir de puente entre las ciencias naturales y sociales, eran poco científicos y sin rigor metodológico. Para contradecir esto, en 1953, Schaffer escribió un artículo sobre el excepcionalismo en geografía, donde se arguye que ésta debe convertirse en una verdadera ciencia mediante la búsqueda de leyes universales, aplicables a cualquier circunstancia y no ser una disciplina de especificidades regionales o “excepciones”.
Es así como nace la idea de la geografía como ciencia de la distribución espacial o del análisis territorial, que redescubrió las teorías de von Thünen (sobre la lógica de la distribución de zonas agrícolas alrededor de un núcleo urbano), de Christaller (sobre las zonas de influencia comercial y de servicios de conjuntos urbanos) y otros autores. Esto demandó que la geografía tuviera que echar mano del método científico y de técnicas estadísticas complejas. Aunque la geografía estuvo ligada con las matemáticas desde tiempo atrás, a partir de este momento la relación será más intensa. Fue de esta manera como surgió un interés por crear una ciencia espacial.
Las estadísticas no son “humanas” | A partir de la influencia descrita en el acápite anterior, se ha criticado aquella geografía que se inclina hacia el lado cuantitativo, que ha sucumbido al embate del positivismo y neopositivismo y, por lo tanto, se esfuerza en aplicar fórmulas, modelos y paquetes estadísticos para obtener una visión científica de cómo están distribuidos en el espacio diferentes hechos, fenómenos o procesos, aun los sociales. A ello se contrapone la idea de compromiso social y político y de justicia territorial. Los geógrafos radicales, que han existido desde principios del siglo XX, siempre han predicado que la geografía debe estar socialmente comprometida y servir a los intereses de los pueblos.
Quienes emplean exageradamente modelos y estadísticas para realizar un estudio geográfico, dejan de lado demasiadas experiencias humanas: miedo, imaginación, deseo, emoción, percepción. Se promueve así una geografía ligada con lo subjetivo, con la percepción que el individuo tiene sobre su entorno inmediato. Se abren de este modo posibilidades nuevas de estudios geográficos: los espacios del deseo, los guetos urbanos, los lugares que provocan miedo; aparecen nuevos conceptos como topofilia (inclinación, deseo o preferencia por algunos lugares: Estados unidos, París, un parque urbano, un estadio de futbol) y topofobia (rechazo inicial y perdurable sobre determinados sitios: los barrios pobres en la ciudad de México, un cementerio, un tiradero de desechos peligrosos, una playa contaminada).
Todo en su lugar | Esto implica un balance en la ecuación naturaleza-sociedad, que preocupa a la geografía resolver en forma permanente. Se enfoca en primer plano, en este contexto, la transformación social del medio natural. Tales cambios proceden de la explotación de recursos naturales concretos para determinadas actividades que atienden necesidades humanas: el uso de los energéticos fósiles para que un individuo estadunidense satisfaga su necesidad, prioritaria, de transitar solo en su automóvil para desplazarse unos cuantos kilómetros, o esos mismos energéticos fósiles empleados para abastecer de petróleo poco refinado a comunidades enteras que necesitan combustibles para poder cocinar sus alimentos, en África occidental.
Los geógrafos tienen un papel fundamental en el entendimiento de lo local. La geografía se acerca, de esta manera, a la teoría social. Se aprecia, en una dimensión más apropiada, la influencia de la cultura, el pluralismo y la diversidad humana sobre la conformación de los lugares. Se revela, entonces, la importancia de lo local, de lo particular, de lo específico de un lugar
El ordenamiento territorial | En los últimos años, la geografía empezó a ser apreciada favorablemente desde la perspectiva de otras ciencias, en particular por la aparición y uso de términos como biodiversidad, sostenibilidad, riesgos naturales, globalización, mundialización y ordenamiento del territorio. Los estudios geográficos tienen una demanda por parte de gobiernos (federales, regionales, estatales), organismos descentralizados y organizaciones no gubernamentales, que están interesados en entender la diferenciación de procesos, hechos y fenómenos en la superficie de la Tierra, por motivos políticos.
La euforia por el ordenamiento territorial, derivada de una voluntad política por contar con plataformas científicas sólidas sobre las que se proyecten programas y políticas concretos respecto al manejo de recursos naturales, la ocupación humana del espacio y la sostenibilidad de la actividad económica, y así dar legitimidad a regímenes y actores políticos, ha favorecido a la geografía. A esto se debe añadir que los estudios del ordenamiento territorial están acompañados de material cartográfico generado por sistemas de información geográfica de última generación, lo que produce mapas de excelente calidad y detalle.
La geografía ha significado distintas cosas para distintas sociedades a lo largo de la historia de esta ciencia. La tradición geográfica ha evolucionado en el tiempo. En la época de los griegos, el geógrafo estaba más preocupado en ubicar correctamente, desde el punto de vista astronómico, los lugares conocidos. Cuatro mil años después, el geógrafo se muestra entusiasta por desarrollar estudios de ordenamiento territorial o de la apropiación del espacio por parte de grupos y actores poderosos.
La geografía ha utilizado diferentes conceptos para desempeñar su trabajo y se ha valido de lo artístico y de lo científico para cristalizarlo. En el plazo inmediato, esta ciencia tiene amplios horizontes por estudiar, simplemente porque la ocupación humana del planeta y su consecuente relación con la naturaleza es inextinguible y demanda mejores y más numerosas herramientas tecnológicas para la concreción de estudios útiles a la sociedad. La forma adecuada de representar y de presentar esto es a través de los mapas.