El avance del conocimiento responde a la necesidad de encontrar explicaciones cada vez más adecuadas a las múltiples interrogantes que nos planteamos los seres humanos.
MONTSERRAT RIBAS (2000)
El texto expositivo es el texto escolar por excelencia; a lo largo de la vida, en particular de la vida académica, se está en contacto permanente con este tipo textual que tiene como propósito fundamental transmitir información y explicar nuevos temas; es decir, el texto expositivo transmite información o ideas con la intención de mostrar, explicar o hacer comprensible algo. En síntesis, el propósito del texto expositivo es hacer comprender una información, un tema, un concepto. Para que algo sea comprensible tiene que ser mentalmente representable. Por ejemplo, en el texto de las siguientes páginas, se explica el tema de la inmunidad y la autoinmunidad en el sistema celular del ser humano; el tema se hace comprensible no sólo con definiciones y ejemplos, sino también con imágenes y una gráfica; de esta manera, quien lee sobre el asunto tiene suficientes herramientas para comprender e interpretar lo que allí se dice.
Los lectores se enfrentan con textos expositivos cotidianamente; se puede decir que son omnipresentes pues están en libros de texto, enciclopedias, manuales y textos de divulgación científica en general. Exponer equivale a suministrar información y, a la vez, a explicarla. Si bien la función primordial consiste en transmitir información, el texto expositivo no se limita sólo a proporcionar datos, sino que agrega a éstos explicaciones; describe o ilustra con ejemplos o analogías una determinada información con la finalidad de reelaborar el conocimiento.
En un texto expositivo son importantes dos aspectos: el texto y su clasificación a partir de las teorías verbales que permiten que los lectores se fijen en:
• Su estructura informativa. Cómo se ordena el contenido de lo que se dice, de lo particular a lo general o viceversa.
• El tema del que se trata y que se desplegará en campos semánticos. Es decir, se notará la progresión del tema básicamente con una serie de conceptos relacionados entre sí.
• El análisis de marcas como los verbos, las estructuras sintácticas dominantes, las marcas de progresión temática, los elementos de referencia y correferencia (anáfora, catáfora, deixis).
La situación comunicativa
Al igual que todos los textos, el expositivo debe analizarse como un hecho pragmático; así, deben quedar claros los siguientes aspectos:
• La intención del hablante; de quien habla o escribe.
• La relación entre los interlocutores; entre quien lee y quien escribe.
• La condición de quien lee o escucha; desde dónde recibe la información.
• El tema o referente; de qué se habla, qué se dice.
• El contexto en el que se genera la comunicación. El contexto no es sólo el escenario físico (cuándo y dónde), sino también la suma de conocimientos compartidos entre los participantes de un encuentro comunicativo.
Cuando se habla de un tipo de texto, como es el caso del texto expositivo, puede ser para establecer un contraste, para diferenciar o buscar algunas características en común con otros tipos de textos. Es una forma de establecer las diferencias textuales no sólo con la narración, sino también con la argumentación; por ejemplo, es conveniente observar lo que caracteriza a cada tipo textual de acuerdo con una de las clasificaciones más aceptadas.