Si un usuario visita nuevamente una página web después de un intervalo breve de tiempo, la página no es solicitada otra vez al servidor. La mayoría de los navegadores utilizan un espacio de almacenamiento local, llamado caché, que sirve como memoria inmediata, por lo que sólo se solicitarán al servidor web, vía http, aquellas secciones de la página que hayan cambiado y lo demás saldrá de su memoria inmediata.
Utilizar este tipo de memorias inmediatas o cachés ayuda a reducir el tráfico web en internet y acelera el despliegue del contenido. Puesto que esto es una buena idea, existen diversas técnicas y tecnologías para llevar los beneficios a otros niveles. Por ejemplo, en muchas organizaciones se utilizan servidores caché que almacenan las páginas web cada vez que uno de los usuarios de la organización las visita por primera vez. De esta manera, si alguien más en la organización solicita el mismo recurso, ya se encuentra en el servidor local de la organización. Algunos motores de búsqueda o buscadores, como Google o Yahoo!, también almacenan el contenido de los sitios web que visitan.