Enciclopedia de Conocimientos Fundamentales
UNAM ˜ SIGLO XXI


regreso








3.15 LA ALIMENTACIÓN DEL RECIÉN NACIDO

La succión es un instinto básico del recién nacido. Sin él, sería incapaz de obtener alimento y su supervivencia se vería comprometida. Por ello, es importante estimular a los neonatos prematuros para que desarrollen este instinto.

La leche materna constituye el alimento ideal para el recién nacido; cubre todas sus necesidades y posee cualidades inmunológicas que lo protegen de numerosas infecciones. Su composición molecular de proteínas, grasas, carbohidratos y minerales es inigualable para favorecer el correcto desarrollo del lactante. La leche materna también beneficia el desarrollo del cerebro; algunos estudios sugieren que los niños que fueron amamantados podrían obtener mejores resultados en las pruebas de capacidad cognitiva que los niños alimentados con fórmula.

Se recomienda amamantar al neonato desde la primera hora de nacido, ya que el contacto precoz del niño con el pecho de la madre acelera la producción de leche y propicia una lactancia más prolongada. El mejor estímulo para producir leche es la succión del pezón: cuanto más succione el neonato, más leche producirá la madre.

Durante los primeros días después del parto, la madre secreta una leche especial, espesa, pegajosa y amarillenta, denominada calostro. Es una sustancia rica en proteínas y pobre en carbohidratos y grasas; contiene grandes cantidades de anticuerpos y factores de crecimiento que refuerzan el desarrollo del tracto gastrointestinal del neonato, y sus agentes antiinfecciosos actúan como una primera inmunización. Aunque la cantidad es pequeña, el calostro es todo lo que el recién nacido necesita durante los primeros días. Debido al bajo aporte calórico del calostro, durante los 4 o 5 primeros días el neonato pierde hasta 10% del peso que presentó al nacer, pero lo recupera paulatinamente. Durante las dos semanas siguientes, la cantidad de leche aumenta y cambian su aspecto y composición; disminuye su contenido de inmunoglobulinas y proteínas, pero aumenta el de grasas y azúcares. A ésta se le conoce como leche de transición. La leche materna es la única que se adapta exactamente a las necesidades nutritivas del lactante.

Se recomienda alimentar a los bebés exclusivamente con leche materna (sin agua, fórmula ni otros líquidos o sólidos) durante aproximadamente los primeros 6 meses de vida. Después, se integra dieta sólida que complementa a lecha materna, la cual deberá seguirse consumiendo hasta el año de edad.

A continuación se presenta la composición de la leche materna:

Además de aportar los nutrientes de forma exacta y equilibrada, la leche materna también suministra las enzimas necesarias para la digestión, de tal forma que la inmadurez natural del aparato digestivo del recién nacido se ve compensada por las enzimas de la leche materna.

Para la madre, la lactancia contribuye a aumentar los niveles de oxitocina, hormona que contrae el útero para reducir la hemorragia después del parto y recuperar el tamaño que tenía antes del embarazo. De igual forma, la lactancia demora el retorno del periodo menstrual de la mujer, lo que ayuda a reducir la posibilidad de otro embarazo inmediato. Sin embargo, éste no es un método anticonceptivo fiable. Asimismo, algunos estudios sugieren que la lactancia podría ayudar a reducir el riesgo de contraer cáncer de ovario y de mama premenopáusico; además, aumenta la fortaleza de los huesos, lo cual podría reducir el riesgo de osteoporosis después de la menopausia. 


Inicio de página