Durante las primeras horas de vida se producen los cambios más importantes en la adaptación del recién nacido al medio extrauterino (véase el cuadro 3.5). Hay variaciones en su frecuencia respiratoria, cardiaca, estado de alerta y actividad motora. Durante los primeros 15 a 30 minutos de vida es normal una frecuencia cardiaca de hasta 180 latidos por minuto y una respiración de 60 a 80 por minuto, a veces algo irregular y con cierta retracción costal y aleteo nasal. Es frecuente la presencia de moco y secreciones en la boca. Asimismo, la temperatura corporal del bebé desciende. Esta primera etapa se conoce como primer periodo de reactividad.
En las horas siguientes disminuye la frecuencia cardiaca, considerándose normal entre 120 y 140 latidos por minuto, y la respiración a menos de 60 por minuto. El recién nacido se encuentra más tranquilo y tiende a dormirse. Este periodo dura alrededor de dos a seis horas. Posteriormente, hay un segundo periodo de reactividad, en el cual se encuentra más activo y con buena respuesta a los estímulos. Aparecen de nuevo secreciones y moco en la boca, y ocasionalmente puede vomitar; se escuchan ruidos intestinales. Durante los primeros 28 días de vida, el recién nacido recibe el nombre de neonato.