Después de aproximadamente 280 días, el proceso de gestación de un ser humano culmina con el nacimiento. En condiciones normales, se lleva a cabo a través del canal del parto, proceso que se denomina parto natural. En algunos casos se aplica anestesia sobre la médula espinal a través de un procedimiento denominado bloqueo epidural; de esta forma el parto resulta menos doloroso, sobre todo para una madre primeriza.
Cuando el feto se acerca al cuello uterino un par de semanas antes de su nacimiento, se encaja en los huesos de la pelvis, pero no desciende más hasta el trabajo de parto. Éste se inicia con contracciones uterinas rítmicas y periódicas para abrir el cuello uterino, el cual se borra paulatinamente hasta alcanzar 10 cm de dilatación. La abertura debe permitir el descenso de la cabeza fetal y su paso por la vagina, que también se distiende. Al llegar al periné y al orificio externo de la vagina, es posible ver la cabeza fetal, a lo que se llama coronación. La membrana amniótica que contiene el líquido amniótico se rompe para dar inicio al trabajo de parto; este fenómeno popularmente se le denomina "rompimiento de la fuente". En algunos casos el médico la rompe para atender el parto, pero la mayoría de las veces sucede de manera espontánea (véase la figura 3.17).
El alumbramiento es el proceso de expulsión de la placenta. Debe ser controlado y suficientemente lento para que se despegue del útero y se expulse completamente. En caso de quedar fragmentos de placenta dentro del útero, la madre puede sufrir complicaciones que pongan en riesgo su vida.
Por último, el puerperio es el periodo que sigue al alumbramiento y termina cuando la mujer vuelve a un estado fisiológico normal, es decir, no gravídico. Comprende aproximadamente los 40 días inmediatamente posteriores al parto. Durante este periodo el útero reduce su tamaño paulatinamente y recupera casi por completo su estado anterior a la gestación; asimismo, continúa el desprendimiento de porciones de endometrio semejantes a una menstruación, que en los primeros días son abundantes, para disminuir poco a poco hasta hacerse escasas en los próximos 35 días. En el puerperio se inicia el estímulo de la secreción de leche materna.