Enciclopedia de Conocimientos Fundamentales
UNAM ˜ SIGLO XXI


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2.9.4 El olfato

El olfato es el sentido encargado de detectar y procesar los olores. Es un sentido químico en el que actúan como estimulantes las moléculas aromáticas u odoríferas que ingresan por el epitelio de la nariz.

Los objetos olorosos liberan en la atmósfera pequeñas moléculas que se perciben al respirar. Estas moléculas son transportadas por difusión o arrastre a la porción superior de la nariz, donde se encuentra la mucosa olfativa, capaz de distinguir entre más de 10 mil aromas diferentes (véase la figura 2.41). Los 20 o 30 millones de células olfativas humanas contienen pequeños cilios. El moco nasal acuoso transporta las moléculas aromáticas a los cilios con ayuda de proteínas fijadoras y éstos, a su vez, transforman las señales químicas de los distintos aromas en respuestas eléctricas. Las prolongaciones nerviosas de las células olfativas en la parte superior y posterior de la nariz alcanzan el bulbo olfatorio, en el cerebro, que se encarga de la percepción de los olores.

Bulbo olfatorio
Figura 2.41. Los objetos olorosos liberan a la atmósfera pequeñas moléculas que, al inhalarse, son arrastradas hasta el fondo de la nariz, donde se encuentra el epitelio olfatorio. Ahí, las prolongaciones nerviosas de las células olfativas identifican dichas moléculas y transportan la información hasta el bulbo olfatorio, que se encuentra en el cerebro
© a] Photo Researchers - Archivo Digital; b] Bsip - Archivo Digital.

La información odorífera llega primero al sistema límbico y al hipotálamo, áreas responsables de las emociones, los sentimientos, instintos e impulsos. Allí se almacenan también los contenidos de la memoria y regulan la liberación de hormonas. Por esta razón muchos olores pueden modificar directamente el comportamiento y las funciones corporales.

Posteriormente, la información del olor alcanza la corteza del cerebro, donde se torna consciente.


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