También denominado neoplasia o tumor maligno, el cáncer es una enfermedad caracterizada por el crecimiento excesivo y desordenado de un grupo de células que pierden sus capacidades funcionales. En consecuencia, el huésped presenta una serie de fenómenos adversos, desencadenados por el crecimiento masivo del tumor, la invasión a tejidos vecinos o las metástasis. Estas últimas ocurren cuando unas cuantas células cancerosas se desprenden del tumor original y, a través de los torrentes sanguíneo y linfático, alcanzan uno o varios órganos distintos a aquel donde comenzó el cáncer. Generalmente, la presencia de metástasis anuncia que la enfermedad se encuentra en un estadio tardío y complica el pronóstico.
Actualmente, el cáncer representa una de las cinco principales causas de muerte a nivel nacional. Su sintomatología suele ser inespecífica, por lo cual es importante prestar atención a la pérdida de peso a pesar de que se lleve una dieta adecuada, disminución del apetito y malestar general. Entre los factores de riesgo para desarrollar esta enfermedad se encuentran edad avanzada, antecedentes familiares de tumores malignos, exposición a algunos elementos ambientales como el sol y otros asociados al estilo de vida, como el uso de tabaco y alcohol, y una mala alimentación.
El cáncer puede desarrollarse en cualquier órgano. Sin embargo, los sitios donde aparece con mayor frecuencia son piel, estómago y pulmón. En los hombres es muy común el cáncer de próstata, mientras que en las mujeres usualmente se presenta en el cuello uterino y las mamas.
El cáncer de próstata es la segunda causa de muerte por tumores malignos en hombres mexicanos. Cerca de uno de cada cinco hombres presenta riesgo de cáncer de próstata. Más de 75% de los nuevos casos diagnosticados se presentan en hombres mayores de 65 años. Para detectar oportunamente este tipo de cáncer, el hombre debe someterse a una exploración prostática vía rectal y a la cuantificación de una sustancia en la sangre llamada antígeno prostático.
El cáncer cervicouterino es la principal causa de muerte por tumores malignos en mujeres mexicanas. Cuando una mujer se infecta con ciertos tipos de virus del papiloma humano (VPH) y no recibe tratamiento, se desarrollan células anormales en el epitelio del cuello uterino, las cuales preceden a la aparición del cáncer. El proceso de evolución entre la infección por VPH y el desarrollo de la neoplasia generalmente tarda varios años, aunque en algunos casos puede suceder en tan sólo 12 meses. La prueba de papanicolau, también conocida como citología vaginal, puede ayudar a detectar cambios celulares sospechosos en el cuello del útero antes de que se conviertan en cáncer (véanse el apartado 1.2, el cuadro 5.3 y la figura 7.2).
El riesgo de cáncer de mama, el segundo tipo de tumor maligno más frecuente en las mujeres mexicanas, aumenta proporcionalmente con la edad. Afecta a una de cada ocho mujeres y sus causas son desconocidas. Sin embargo, hay factores de riesgo bien identificados, tales como sobrepeso, terapias de reemplazo hormonal, uso de pastillas anticonceptivas, consumo de alcohol, ausencia de hijos o tener el primero después de los 35 años, tener mamas densas y factores hereditarios. La mayoría de las veces se detecta a través de la palpación de una tumoración mamaria, cambios en el tamaño y forma del seno o secreciones por el pezón. El autoexamen mensual y la mamografía anual a partir de los 40 años ayudan a diagnosticarlo tempranamente.