Enciclopedia de Conocimientos Fundamentales
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6.6 SALUD EN EL TRABAJO

En la vida adulta, el ser humano obtiene su independencia económica debido a que asume un rol laboralmente productivo. Distintas formas de actividad laboral predisponen la aparición de accidentes y enfermedades.

Un accidente de trabajo es cualquier lesión producida repentinamente a causa de, o durante, las actividades laborales, incluidas aquellas lesiones que pudieran presentarse en el traslado del trabajador desde su domicilio hacia el lugar donde labora. Por el contrario, una enfermedad de trabajo aparece después de una exposición continua a factores que atentan contra la salud, e implica una pérdida de funciones o aptitudes que imposibilita a la persona para cumplir con su labor.

Dos variables que influyen en la salud en el trabajo son: 1] el tiempo de exposición a un factor dañino y 2] las medidas de protección utilizadas.

En México, la mayor parte de los empleos ejercidos por la clase media conlleva la exposición a factores de riesgo potencialmente dañinos para su salud. Éstos dentro del ambiente laboral se clasifican, según su naturaleza, en físicos, químicos, biológicos y mecánicos. Algunos autores consideran otros factores, como los ergonómicos y los psicosociales. Todos son estudiados, reconocidos, evaluados y controlados por la ciencia que recibe el nombre de higiene industrial (véase el cuadro 6.5).

Tabla


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Agentes físicos

Cualquier forma de energía que pueda comprometer la salud del trabajador es considerada un factor de riesgo de tipo físico.

Energía acústica

Los daños a la salud se relacionan con la intensidad del sonido que, de acuerdo a las leyes mexicanas, no debe rebasar los 90 decibeles (db) por 8 horas de jornada laboral. La exposición a cantidades superiores de sonido puede producir trauma auditivo crónico (sorderas profesionales) y alteraciones no auditivas por estrés, como aumento de la presión arterial y gastritis.

Los ruidos entre 100 y 140 db son soportables únicamente durante breves periodos y es imposible alcanzar tal magnitud durante una conversación; v. gr.: martillazos sobre acero, motor de avión y cepilladora. Los ruidos entre 80 y 100 db son muy molestos y equivalen a mantener una plática a gritos; v. gr.: sierra de madera, prensa de troquelar e hilatura de algodón. Entre 60 y 80 db el sonido es soportable pero ruidoso; v. gr.: encontrarse dentro de un restaurante bullicioso. Una conversación en voz alta equivale a niveles de ruidos corrientes que van de 40 a 60 db y se encuentran en ambientes laborales como grandes almacenes, locales que colindan con una calle transitada y donde se mantiene la ventana abierta, etcétera. Los ruidos de 20 a 40 db corresponden a una conversación con voz normal, a un despacho tranquilo y a un estudio de radiodifusión.

Energía vibratoria

La vibración, considerada como el movimiento alrededor de una posición de referencia, se mide en Hertz (Hz). La exposición a vibraciones pequeñas (menores a 2 Hz) puede afectar el sistema vestibular, que controla el equilibrio; en este caso se presentan mareo y alucinaciones visuales en las que parece que un objeto se mueve. Vibraciones más intensas, producidas por máquinas y medios de transporte, pueden generar daños en la columna vertebral, principalmente en la porción inferior, y producir dolores crónicos. Ciertas máquinas y herramientas vibratorias exponen al trabajador a lesiones osteoarticulares, trastornos vasculares y alteraciones en la dilatación y contracción de las arterias (alteraciones vasomotoras). Los operadores de martillos hidroneumáticos sufren enfermedades y accidentes por energía vibratoria.

Energía térmica

La exposición a bajas temperaturas ambientales produce vasoconstricción, con la consiguiente disminución de la circulación y riesgo de congelación de partes extremas del cuerpo, como los dedos. Asimismo, favorece la movilización de grasas almacenadas en el cuerpo para obtener energía calorífica. Si la temperatura interna es menor a 28°C, se presenta muerte por fallo cardiaco. Los trabajadores de la fabricación o manipulación de hielo pueden presentar enfermedades por hipotermia. Por el contrario, la exposición a altas temperaturas ambientales produce vasodilatación, aumentando la circulación sanguínea periférica. Se activan las glándulas sudoríparas, favoreciendo un estado de deshidratación. También se pueden presentar trastornos sistémicos como el golpe de calor, un síndrome caracterizado por sensación de ardor, sudores, sed intensa, comezón, sueño agitado, cara hinchada e, incluso, la muerte. Los fundidores y sopladores de vidrio son susceptibles a estos males.

Energía lumínica

Cuando la iluminación en el sitio de trabajo es adecuada, se evita la fatiga extrema, el dolor de cabeza, la irritación ocular y el cansancio visual. Alrededor de 5% de los accidentes laborales se relacionan con iluminación deficiente. La mayoría de los trabajadores ubicados dentro de una oficina pueden verse afectados por la cantidad de energía lumínica, ya sea por exceso (pantalla de computadora) o carencia (focos mal distribuidos, escasa entrada de luz solar por ventanas).

Energía radioactiva

Se refiere a la energía que se propaga por ondas electromagnéticas (radiación) y que libera, a su vez, partículas cargadas con energía cinética. Los rayos X, por ejemplo, pierden energía a través de la liberación de electrones. La energía radioactiva se divide en ionizan te y no ionizante, siendo la primera más peligrosa para la salud por su capacidad para producir cáncer. Otras manifestaciones de la exposición a radiaciones ionizantes son náuseas, vómito, pérdida del apetito, diarrea, deshidratación y lesiones hematológicas, como disminución de eritrocitos y plaquetas. Los técnicos y personal auxiliar en servicios médicos de radiología están expuestos a energía radioactiva.

Energía eléctrica

En el ámbito laboral produce, sobre todo, accidentes de trabajo. Las exposiciones a descargas eléctricas de baja intensidad pueden generar paro cardiaco o arritmias, paro respiratorio y la muerte. Los accidentes por descargas de alta intensidad tienen efectos térmicos, es decir, quemaduras que pueden variar desde leves hasta llegar incluso a la carbonización, con destrucción profunda de músculos, nervios y huesos. Los electricistas están en mayor riesgo de accidente por descarga eléctrica.

Presiones anormales

La exposición a presiones altas (hiperbarismo) puede generar dos tipos de accidentes: 1] mecánicos, como aumento de la presión en oídos con ruptura del tímpano, en senos paranasales y pulmones, y 2] por descompresión, cuando hay un cambio brusco de presión alta a baja, con formación de burbujas de nitrógeno en el organismo, las cuales generalmente afectan el sistema locomotor, la piel, el sistema nervioso y el sistema respiratorio. La exposición a presiones bajas (hipobarismo) produce efectos sobre el volumen de gas contenido en las diferentes cavidades del cuerpo humano. Las aeromozas y los buzos son los oficios con más riesgo a efectos por cambios de presión ambiental.


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