La familia se define como un conjunto de personas, emparentadas o no, que habitan en una misma vivienda, lugar donde se relacionan con otras personas denominadas familiares. Bajo estos términos, la cultura y la estructura socioeconómica intervienen en el desarrollo de papeles y conductas en la familia; influyen en los valores sociales promovidos dentro y fuera de ella, y marcan una pauta de comportamiento entre sus miembros. Por lo tanto, la familia es resultado de una construcción social e histórica que varía de acuerdo al contexto en que se desarrollan sus miembros.
Las familias están configuradas de maneras y tamaños diversos. La diferencia de edad entre los miembros de una familia permite que coexistan múltiples formas para relacionarse. Cada individuo que la integra constituye en sí un sistema: aunque los unan lazos familiares, biológicos y afectivos, carácter, temperamento, complexión física, conocimientos, intereses, amistades, etcétera, son diferentes. De ahí que cada uno de los integrantes de una familia responda de modo diferente a los eventos de la vida.
La familia es un importante instrumento educativo, pues ejerce una gran influencia en la formación del ser humano. Dentro de ella, sus miembros tratan de alcanzar un completo desarrollo intelectual, psicológico y físico. En la creación del individuo y en la búsqueda del "yo", la familia ejerce un fuerte impacto.
Se cree que la familia es la unidad básica de la sociedad. En ella sus integrantes se desarrollan de manera integral, con historia, raíces y antepasados. Como unidad social, la familia idealmente desempeña varias funciones importantes:
a] Constituye el sistema primario de apoyo al cual las personas acuden para satisfacer sus necesidades básicas.
b] Satisface las necesidades emocionales de los niños y provee crianza.
c] Inculca valores y creencias religiosas o espirituales.
d] Transmite las tradiciones y costumbres de una generación a otra.