Enciclopedia de Conocimientos Fundamentales
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6.2 MEDIO AMBIENTE Y DESARROLLO SUSTENTABLE

6.2.1 Cambio ambiental global

En la época actual, la humanidad tiene como tema central de polémica la forma en que la civilización contemporánea asume su relación con la naturaleza. Aunque con expresiones distintas entre las naciones, debido a sus niveles de desarrollo, los debates sobre el ambiente se han intensificado por el agravamiento de los problemas ambientales y por el planteamiento de iniciativas no consensadas que buscan soluciones a la crisis ecológica actual.

En el apartado La domesticación y el desarrollo cultural se revisaron las principales interacciones entre la sociedad y la naturaleza, el proceso de domesticación vegetal y animal y el impacto que tal actividad tuvo en el desarrollo de la humanidad; se vio también cómo la domesticación es un proceso que continúa de manera ininterrumpida hasta el día de hoy. Ahora se analizarán diversos aspectos en los que la actividad humana tiene una repercusión negativa sobre la naturaleza.

El uso de recursos naturales en los procesos de producción y la domesticación de animales y plantas han afectado tanto a las sociedades como a la naturaleza, pero el impacto ejercido en el ambiente nunca había sido de la calidad y la magnitud que se ha observado en las últimas décadas. Muchas de las alteraciones provocadas son irreversibles, y aunque ocurren en lugares específicos, sus efectos van más allá de las fronteras nacionales, transformándose en problemas que afectan el funcionamiento global del planeta.

Entre los principales problemas ambientales globales están los cambios atmosféricos, la pérdida de biodiversidad y la contaminación de los mares. Aunque los que afectan más directamente a los países son la deforestación, la erosión y la contaminación, la estrecha relación de los elementos afectados —agua, suelo, atmósfera y especies tanto animales como vegetales— hace que su repercusión sea mundial, a pesar de que el impacto se produzca en localidades específicas.

La problemática ambiental del planeta es muy compleja, en ella confluyen aspectos económicos, sociales, biológicos, ecológicos, entre muchos otros; a su vez, es causada por diversos factores. Debido a su importancia, a continuación se exponen los diferentes tipos de contaminación, así como su repercusión en la situación ambiental global.

Contaminación atmosférica

Se refiere a la modificación de la atmósfera terrestre provocada por el aumento en la proporción de gases, partículas sólidas o líquidas en suspensión. En general se aplica a las modificaciones que tienen efectos dañinos en la salud de los seres vivos.

La contaminación de la atmósfera ha aumentado de manera muy importante en los últimos años, por lo que constituye uno de los problemas centrales a los cuales se enfrentan los seres humanos. El problema de la contaminación atmosférica comenzó con la Revolución Industrial. En la actualidad, el humo expulsado por los medios de transporte particulares y colectivos, los procesos industriales, los sistemas de calefacción y hasta el humo de los cigarrillos se conjugan para contaminar el aire que respiramos, lo cual provoca una gran cantidad de enfermedades respiratorias que aquejan sobre todo a la población de las grandes ciudades.

Los procesos industriales —como la combustión tanto de industrias como de automóviles y las calefacciones residenciales— son los principales agentes de contaminación atmosférica, pues generan dióxido y monóxido de carbono, óxidos de nitrógeno y azufre, entre otros contaminantes. Otro tipo de industrias emiten gases perjudiciales, como cloro e hidrocarburos.

Cada grupo de contaminantes tiene un origen, difusión y efecto particular en la atmósfera. La difusión de los agentes contaminantes constituye un aspecto fundamental en la contaminación atmosférica pues, en algunos casos, puede haber una contaminación general importante; pero si su origen ocurre de manera puntual en un sitio restringido, puede dispersarse sobre una zona geográfica amplia y por tanto tener un bajo impacto. Otro tipo de contaminación, como la que generan los medios de transporte, se concentra por los vientos y el relieve, por lo que tiene un gran impacto en las ciudades.

Contaminación de las aguas continentales

La contaminación del agua es un fenómeno conocido desde la Antigüedad. En tiempos del Imperio romano eran frecuentes los envenenamientos derivados del plomo de las tuberías que la transportaban. En la época medieval, las aguas en general eran sucias y pestilentes y provocaban graves problemas de salud. En la actualidad, el nivel de contaminación de las aguas es preocupante.

Los principales contaminantes son los pesticidas, que son conducidos por las lluvias y la erosión del suelo hasta los ríos y el mar, así como los desechos derivados de las diversas industrias y centros urbanos. Las industrias desechan en las aguas sustancias altamente tóxicas como el cobre, el zinc, el plomo y el mercurio, entre otros. Estos metales suelen ser acumulativos, y la ingesta repetida de pequeñas cantidades puede conducir, al cabo del tiempo, a que los tejidos de los organismos presenten una gran concentración de estas sustancias. Debido a que las aguas contaminadas generalmente llegan al mar, los peces y otros organismos marinos de consumo humano se convierten en agentes tóxicos.

La contaminación del agua es distinta entre los países. En las naciones en desarrollo, por ejemplo, existe un gran déficit de sistemas cloacales y de control de las aguas residuales industriales. Todo esto constituye un grave problema en algunos países del Tercer Mundo, pero también en algunos países desarrollados.

Contaminación de los océanos

Muchas veces se piensa que el mar se lleva todo y que puede absorber la gran cantidad de desechos que llegan a él: hidrocarburos, metales pesados, heces fecales, productos químicos, materiales radioactivos, etcétera. El mar puede dispersar, diluir y degradar contaminantes, pero su capacidad tiene límites y si los niveles de contaminación de los mares siguen en aumento, se corre el riesgo de provocar daños irreversibles.

En los últimos tiempos se ha invertido mucho en el tratamiento de las aguas residuales, sobre todo en países desarrollados; sin embargo, aun en los procesos de depuración, se generan lodos concentrados, a menudo muy tóxicos, que una vez más se tiran al mar en lugares alejados de las costas y a cierta profundidad. Estos procedimientos pueden mantener las costas limpias, pero las alteraciones causadas a los ecosistemas submarinos tienen graves consecuencias globales.

Contaminación del suelo

Los suelos pueden degradarse cuando se acumulan concentraciones de sustancias que repercuten de manera negativa en su composición, lo cual trae como consecuencia la pérdida parcial o total de su fertilidad y productividad.

Existen dos tipos de contaminación del suelo: la natural y la causada por el hombre. La primera se manifiesta a medida que el suelo evoluciona y provoca la concentración y toxicidad de algunos elementos metálicos presentes en minerales originales de algunas rocas. Los fenómenos naturales, como los volcanes activos, pueden ser causantes de la contaminación del suelo. Sin embargo, las causas más frecuentes de contaminación se deben a la acción humana, que al desarrollarse sin una planeación adecuada provoca un cambio negativo de las propiedades del suelo.

Los agentes contaminantes son muy diversos. Entre ellos se incluyen los metales pesados procedentes de minas, fundición y refinación; residuos domésticos; productos agrícolas; emisiones ácidas atmosféricas derivadas de la minería y refinería de metales, quema de combustibles fósiles; riego con agua salina; y residuos fitosanitarios. Los metales pesados, en pequeñas dosis, pueden ser beneficiosos para los organismos vivos y de hecho son utilizados como micronutrientes, pero cuando rebasan el umbral se convierten en elementos nocivos. Las emisiones atmosféricas ácidas provenientes de la industria, fenómeno conocido como lluvia ácida, trae como consecuencia la disminución del pH del suelo, lo cual puede provocar alteraciones que lo hacen peligroso para animales y plantas.

Cuando la humedad en el aire se combina con el óxido de nitrógeno o el dióxido de azufre emitido por fábricas, centrales eléctricas y automotores que queman carbón o aceite, se forma ácido sulfúrico y ácido nítrico, sustancias que caen en el suelo en forma de precipitación o lluvia ácida. Los contaminantes que pueden provocar la lluvia ácida son arrastrados miles de kilómetros por los vientos, antes de precipitarse con el rocío, la llovizna, la lluvia, el granizo, la nieve o la niebla normales del lugar.

El uso inadecuado del agua de riego puede provocar la salinización y sodificación del suelo, esto afecta negativamente sus propiedades físicas y lo hace menos adecuado para el crecimiento de los cultivos. El uso y sobre todo el abuso de los recursos fitosanitarios, como los plaguicidas y los fertilizantes, tiene diversos efectos que dependen tanto de las características de sus moléculas orgánicas como de las del suelo.

Contaminación auditiva

El aumento del ruido es una de las principales preocupaciones en las ciudades, pues afecta la calidad de vida y puede provocar efectos dañinos en la salud, el comportamiento y las actividades de los seres humanos. En España, por ejemplo, se calcula que al menos nueve millones de personas soportan niveles medios de 65 decibeles, por lo que se coloca, detrás de Japón, como el segundo país con mayor índice de población expuesta a altos niveles de contaminación acústica.

En las sociedades actuales, las principales fuentes de contaminación acústica provienen de los vehículos de motor, que contribuyen con casi 80% del ruido; el 10% corresponde a las industrias; el 6% a ferrocarriles y el 4% a bares, locales públicos, talleres industriales, etcétera.

Muchos de los cambios producidos por los diferentes tipos de contaminación que se han mencionado son de carácter local y susceptibles de controlarse en el corto plazo si se modifican algunos compuestos y se reduce la cantidad de contaminantes emitidos en el aire o el agua, o bien, si se encuentran recursos químicos y biotecnológicos para contrarrestarlos. Sin embargo, existen muchos problemas resultantes de la contaminación, como la emisión del gas CO2, compuestos ácidos y sulfurados o la contaminación de los mares, cuyos efectos son ya de graves consecuencias no sólo para una localidad o región, sino para todo el planeta. De igual forma, algunos procesos, como la tala de árboles en bosques y selvas o la pérdida de suelo fértil, afectan diariamente la vida de muchas especies en el planeta, provocando la reducción de sus hábitats y la extinción de muchas de ellas.

Se denomina "crisis ambiental global" a la suma de los efectos que están poniendo en riesgo la supervivencia de muchas especies en el planeta y de la especie humana misma. Los cambios de escala global a los que se hace referencia son los siguientes:

Destrucción de la capa de ozono

Éste es un problema atmosférico global producto de la contaminación. La capa de ozono está ubicada en la estratosfera a unos 25-40 km de la superficie de la Tierra. Esta capa absorbe las radiaciones solares ultravioleta. El ozono es una molécula formada por tres átomos de oxígeno y es muy inestable, se combina muy fácilmente con otros elementos, como el cloro, y llega a formar moléculas más estables y de larga vida.

Algunos residuos químicos, como los clorofluorocarbonados (CFC), que provienen de aerosoles, algunos sistemas de refrigeración, sistemas de aire acondicionado y ciertos solventes, se están acumulando en la estratosfera y reaccionan con el ozono, lo cual ha traído como consecuencia el adelgazamiento de esta capa. Esto provoca la entrada de rayos ultravioleta en la biosfera que afectan la salud humana, pues se producen alteraciones en el sistema inmunológico, lesiones oculares y cáncer de piel.

Efecto invernadero y cambio climático

Con el objeto de obtener energía para iluminar las casas, calentarlas, mover automóviles o fabricar bienes de consumo, sobre todo en los países desarrollados, se han quemado en forma masiva, petróleo, carbón y gas natural, denominados también combustibles fósiles.

Esto ha traído como consecuencia que la concentración atmosférica de CO2 haya aumentado 30% en los últimos 100 años. Algunos científicos piensan que si no se frenan estas emisiones, el aumento en la concentración de éste y otros gases va a provocar un cambio climático global. En el siglo pasado la temperatura media global aumentó 0.6 ºC, y se piensa que esto se debió a que los gases no dejan escapar el calor de la atmósfera, razón por la cual a este fenómeno se le denomina efecto invernadero. Aun cuando el planeta en su conjunto no peligra ante esta situación, sí la viabilidad de la especie humana, pues el aumento en la temperatura global del planeta traería como consecuencia un cambio climático global y el aumento en el nivel del mar por el derretimiento de los hielos de la Antártida y Groenlandia. Algunos médicos señalan que un efecto inicial del cambio climático global será el de una mayor propagación de parásitos y enfermedades, ya que las nuevas temperaturas favorecerán la reproducción de mosquitos y otros vectores de enfermedades infecciosas.

Deforestación

Desde la invención de la agricultura, la eliminación de la cobertura vegetal ha estado ligada al desarrollo de las sociedades. Sin embargo, al igual que otros problemas ambientales, la deforestación producida en las últimas décadas no tiene precedente. Se calcula que una tercera parte de los bosques cerrados y abiertos que cubrían el planeta han sido eliminados. Entre los más afectados están los bosques templados y la región tropical, que actualmente sufre las mayores presiones de transformación.

Entre las principales causas de la deforestación están la expansión de la ganadería de libre pastoreo, la apertura de fronteras agrícolas, el desarrollo de infraestructura, la industria y los asentamientos humanos, así como el saqueo de la industria forestal y el efecto de la lluvia ácida producto de la contaminación industrial.

Las consecuencias de la deforestación son diversas y producen daños tanto temporales como espaciales. Entre los efectos más importantes encontramos: la pérdida de los hábitats para la biodiversidad, el azolvamiento y la desecación de los cuerpos de agua, el incremento de la erosión de los suelos y la disminución de los recursos potenciales para las comunidades rurales, además de cambios micro, meso y macroclimáticos, entre otros.

Desertificación

Uno de los problemas ambientales más importantes en áreas rurales es el fenómeno denominado desertificación, que consiste en la degradación de la tierra en zonas áridas, semiáridas y subhúmedas, secas como consecuencia de las actividades humanas. Las causas principales de la desertificación son el sobrecultivo, la utilización excesiva de las tierras para el pastoreo y la deforestación, que derivan en el agotamiento y la erosión del suelo.

Debido a estas prácticas, la Tierra pierde su cobertura vegetal y por tanto la productividad del suelo disminuye. Esto trae como consecuencia la reducción en la producción de alimentos, e incluso impacta de manera negativa áreas que no están afectadas directamente, al provocar inundaciones, mayor salinidad en el suelo y deterioro en la calidad del agua y al propiciar la obstrucción, con los sedimentos, de ríos, corrientes y reservorios.

La agricultura intensiva constituye el factor principal que influye en los procesos de desertificación, pues degrada los suelos con productos agroquímicos, abusa de la maquinaria pesada y, además, consume enormes cantidades de agua. Más del 30% de la superficie de nuestro planeta está formada por áreas susceptibles a la desertización: algunos países de África, ciertas zonas del este y el sur de África y de América del Sur.

Pérdida de biodiversidad

La alteración, transformación y destrucción de los ecosistemas naturales ha traído como consecuencia la desaparición de hábitats, la invasión de especies introducidas, la sobreexplotación de recursos y la contaminación, situaciones que han provocado la extinción de muchas especies biológicas y han puesto en peligro de la misma a muchas otras. Los procesos de extinción han sido fenómenos naturales en la historia de vida de nuestro planeta; sin embargo, tanto las tasas de extinción actuales como los números absolutos rebasan cualquier historia pasada.

La magnitud de los problemas ambientales globales hace indispensable tomar medidas comunes en todas las naciones para permitir un desarrollo que propicie una calidad de vida aceptable para todas las personas, y para las siguientes generaciones, así como la protección del planeta entero. Reorientar esas acciones es algo que nos incumbe a todos, no sólo a los gobiernos, sino también a la sociedad civil; por ello desde hace algunas décadas han surgido políticas, estrategias y acciones concretas cuyo propósito es la búsqueda de soluciones concertadas, como las que se exponen a continuación.


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